Por Andrés Rodriguez ©
Los manglares, mas exactamente el complejo de especies que reconocemos como mangle, no son “pantanos”.
Nos expresamos dejando entrever cual es nuestra valoración de lo que nombramos o describimos. Es el caso de las palabras manglar y pantano, que a veces adoptan una connotación despectiva o peyorativa, como de sitio “malsano”. Históricamente, han sido áreas de muy poca importancia económica, donde existen diversos peligros por no haber arribado lo “civilizado”. El mensaje implícito es que debe evitarse y transformarse. Nada asombra, que esta animadversión subyacente justifique que con las mejores intenciones del mundo, lleguemos alli con un bulldozer o cuando menos, enarbolando el machete. Pero estas concepciones han cambiado últimanente cuando se ha comprendido mas cabalmente la importancia de estos ecosistemas complejos
El manglar, mangle, bosque de manglar (en inglés mangrove, mangrove forest, mangrove swamp) es un bosque propio de las zonas costeras cenagosas, en latitudes tropicales y subtropicales.
Es un complejo de especies vegetales macroscópicas, terrestres o anfibias adaptadas a la rigurosidad y variabilidad de la zona costera. Normalmente la copa se ubica alrededor de unos 10 metros (aproximadamente 30 pies) pero en regiones tropicales de alta insolación se reporta que la copa del manglar puede llegar a tener mas de 30 metros (aproximadamente 90 pies). En el Mar Caribe y áreas adyacentes presentan una distribución en franjas (zonación) con respecto a la línea de la costa como sigue: más próxima al mar se ubica el mangle rojo o red mangrove (Rhizophora mangle), luego el mangle negro, mangle prieto o black mangrove (Avicennia germinans), después el mangle blanco, patabán o white mangrove (Laguncularia racemosa) y mas adentrado en tierra firme el mangle amarillo, botoncillo o yana (Conocarpus erectus).
El éxito de los mangles, se basa en que son capaces de sobreponerse a altos tenores y bruscos cambios de salinidad, temperatura, humedad y tensiones mecánicas (ciclones, corrientes marinas, desecación, alta presión osmótica alrededor). Ello lo logran dadas sus características morfofisiológicas: poseen troncos y ramas de excepcional dureza, raíces muy ramificadas como zancos (fulcúreas) que les dan estabilidad al asentarse en un sustrato fangoso, un sistema especial de evacuación activa de sal desde su cuerpo (glándulas de la sal), un sistema especial de oxigenación de sus partes hundidas en el fango mediante raíces que en parte van hacia arriba (adventicias) para absorber el oxígeno atmosférico (al ser el suelo en que se asientan materia orgánica en descomposición, consume todo el oxígeno).
Los manglares orlan la línea de la costa de extensas áreas y conforman en muchos lugares lagunas costeras, islas y cayerías. Se asientan en la ribera de los ríos hasta muy lejos tierra adentro. Sin ellos, podríamos imaginar qué pasaría cuando hay una crecida o un huracán: la erosión se llevaría la tierra, las salpicaduras de la sal salinizarían grandes areas costeras y las harían poco productivas para la agricultura, no habría refugio para tantas especies.
Estas especies anfibias, distribuidas en la zona de interrelación de ecosistemas propiamente terrestres y marinos, son uno de los ecosistemas mas extensos y de mayor riqueza de especies (biodiversidad). Sobre tierra, conforma un complejo entramado de especies entre las que suele estar uva caleta o de playa, coco herbáceas y trepadoras como el vidrio, jutías, monos, iguanas, numerosas aves como pelícanos, cotúas patos, flamencos, ibis. Debajo de la superficie, sus raíces son el sustrato de fijación de esponjas de fuego, macroalgas y moluscos, gusanos tubulares, hidrozoos, briozoos, tunicados, hongos, bacterias, etc. Entre sus canales podemos ver al manatí Trichechus manatus y reptiles como los caimanes o las tortugas marinas.
Para los pescadores, los manglares tienen una especial importancia dado que son refugio de larvas, juveniles y adultos de peces diversos: robalo, sábalo o tarpon, sardinas, mojarra, lisas y camarones.
Los mangles se asientan en zonas con sustrato blando (y por tanto inestable) y son sometidos rutinariamente a tensiones mecánicas que los pueden derribar. Es el caso de la gran erosión costera que implica el llenado y vaciado diario de un estero, una desembocadura de un río, una bahía. Si no fuera por los mangles las corrientes y mareas pudieran arrastrar todo el fango en que se asentaba un grupo de árboles y hacerlos caer. Especialmente ello es válido cuando crece un río o pasa un ciclón. Por ello, para mantener la estructura intrincada y alta biodiversidad, el manglar debe producir una impresionante masa de semillas de una forma especial , o sea tener un alto potencial biótico. Las numerosas semillas, incluso ya están nacidas cuando van flotando verticalmente, y cuando tocan un sustrato duro ya las raicillas están listas para colonizar cualquier pedazo de tierra que encuentren. Al crecer, las raíces se ramifican como zancos o trípodes, lo cual facilita que la planta pueda resistir el oleaje y que se fije en esos fondos fangosos, donde continúa extendiéndose y creando su estructura intrincada, abigarrada, característica.
El manglar ha sido una fuente histórica de madera para construcción, por ser las varas que se les pueden extraer muy rectas, duras y resistentes a los insectos, así como fuente de tanino o leña para fuego. Sin tener idea de lo que se hacía, históricamente muchas construcciones costeras los han destruido o degradado para preparar en sus adyacencias diques, carreteras, espigones, marinas, estanques para camaronicultura, etc., algunas veces afectando a la libre circulación de aguas y dificultando su florecimiento como ecosistema y los beneficios derivados (servicios del ecosistema). En algunas zonas del Mar Caribe, no es extraño ver miles de millas de manglar como enfermo, marchito. No hay una clara explicación para ello, puede tratarse de falta de oxígeno, un efecto de la contaminación costera o algón microorganismo o la combinación de estos factores negativos.
Recientemente diversos estudios han demostrado su gran importancia y hoy, se les ha revalorizado y protegido por la Convención sobre Humedales Ramsar y diversas leyes, como las vigentes en La Florida. Pero poco es lo que se hace, con respecto a lo que se debiera hacer para conservar estas especies tan únicas.
Valor del manglar:
• Se asientan en lugares donde otras comunidades de seres vivos no serían exitosas.
• Alta productividad, generando hojas y frutos a ser consumidos por muchos organismos dependientes.
• Su estructura intricada sirve de refugio a numerosas formas jóvenes y adultas, (ramas a aves y mamíferos, raíces a larvas de peces y camarones.
• Pantalla o cortina que evita la salinización directa de los suelos próximos al mar, por detrás (sobre tierra firme), donde el viento puede arrastrar las salpicaduras de las olas.
• Directamente como sustrato, en el que se fijan numerosos otros organismos.
• Producen gran volumen de materia orgánica (hojas, frutos, partes del tronco), que son consumidos directamente por aves y mamíferos que los habitan o caen en el agua y allí forman una gran biomasa de materia orgánica, que se acumula en los fondos y pueden servir como base alimentaria para organismos que se alimentan de detrito.
• Como creador y retenedor de suelo fangoso. Sus raíces especiales actúan como fijadores de partículas, de sedimentos terrígenos, materia orgánica en general. Ello es muy importante para regular y disminuir la erosión y proteger la zona costera. Contrarresta la acción del oleaje, las corrientes, etc.